miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mi Cumpleaños Feliz

¡Celebrando la vida!    
Amada, serena y agradecida.
Comprendiendo el lenguaje de la vida, movimientos de las almas.
Asintiendo lo que me gusta y no me gusta.
Aprendiendo a confiar en el tiempo, fuera de este tiempo. Integrando . En apertura y más receptiva.
Valorando el peso de las decisiones y amorosamente presta a los movimientos de orden, jerarquía y balance para que existan posibilidades para tod@s 

Gracias a tod@s los que están en este plano, los que no y los que están por llegar.  Milagros Cordobés

martes, 20 de diciembre de 2011

Cuentos de Navidad

Regalos de Navidad
Autor Pedro Pablo Sacristán
La Conferencia Internacional de Regalos de Navidad de aquel año estaba llena hasta la bandera. A ella habían acudido todos los jugueteros del mundo, y muchos otros que no eran jugueteros pero que últimamente solían asistir, y los que no podían faltar nunca, los repartidores: Santa Claus y los Tres Reyes Magos. Como todos los años, las discusiones tratarían sobre qué tipo de juguetes eran más educativos o divertidos, cosa que mantenía durante horas discutiendo a unos jugueteros con otros, y sobre el tamaño de los juguetes. Sí, sí, sobre el tamaño discutían siempre, porque los Reyes y Papá Noel se quejaban de que cada año hacían juguetes más grandes y les daba verdaderos problemas transportar todo aquello...
Pero algo ocurrió que hizo aquella conferencia distinta de las anteriores: se coló un niño. Nunca jamás había habido ningún niño durante aquellas reuniones, y para cuando quisieron darse cuenta, un niño estaba sentado justo al lado de los reyes magos, sin que nadie fuera capaz de decir cuánto tiempo llevaba allí, que seguro que era mucho. Y mientras Santa Claus discutía con un importante juguetero sobre el tamaño de una muñeca muy de moda, y éste le gritaba acaloradamente "¡gordinflón, que si estuvieras más delgado más cosas te cabrían en el trineo!", el niño se puso en pie y dijo:
- Está bien, no discutáis. Yo entregaré todo lo que no puedan llevar ni los Reyes ni papá Noel.
Los asistentes rieron a carcajadas durante un buen rato sin hacerle ningún caso. Mientras reían, el niño se levantó, dejó escapar una lagrimita y se fue de allí cabizbajo...
Aquella Navidad fue como casi todas, pero algo más fría. En la calle todo el mundo continuaba con sus vidas y no se oía hablar de todas las historias y cosas preciosas que ocurren en Navidad. Y cuando los niños recibieron sus regalos, apenas les hizo ilusión, y parecía que ya a nadie le importase aquella fiesta.
En la conferencia de regalos del año siguiente, todos estaban preocupados ante la creciente falta de ilusión con se afrontaba aquella Navidad. Nuevamente comenzaron las discusiones de siempre, hasta que de pronto apareció por la puerta el niño de quien tanto se habían reído el año anterior, triste y cabizbajo. Esta vez iba acompañado de su madre, una hermosa mujer. Al verla, los tres Reyes dieron un brinco: "¡María!", y corriendo fueron a abrazarla. Luego, la mujer se acercó al estrado, tomó la palabra y dijo:
- Todos los años, mi hijo celebraba su cumpleaños con una gran fiesta, la mayor del mundo, y lo llenaba todo con sus mejores regalos para grandes y pequeños. Ahora dice que no quiere celebrarlo, que a ninguno de ustedes en realidad le gusta su fiesta, que sólo quieren otras cosas... ¿se puede saber qué le han hecho?
La mayoría de los presentes empezaron a darse cuenta de la que habían liado. Entonces, un anciano juguetero, uno que nunca había hablado en aquellas reuniones, se acercó al niño, se puso de rodillas y dijo:
- Perdón, mi Dios; yo no quiero ningún otro regalo que no sean los tuyos. Aunque no lo sabía, tú siempre habías estado entregando aquello que no podían llevar ni los Reyes ni Santa Claus, ni nadie más: el amor, la paz, y la alegría. Y el año pasado los eché tanto de menos...perdóname.
Uno tras otro, todos fueron pidiendo perdón al niño, reconociendo que eran suyos los mejores regalos de la Navidad, esos que colman el corazón de las personas de buenos sentimientos, y hacen que cada Navidad el mundo sea un poquito mejor... FIN

Este ameno cuento nos invita reflexionar sobre el comportamiento de la sociedad y nos invita a  rescatar los valores  de la navidad como son el  amor en familia, el respeto,  la solidaridad, y compasión  con el prójimo  por encima de la fiesta materialista.  Milagros Cordobés

sábado, 17 de diciembre de 2011

¿Necesidad de aprobación?

Este espacio de apertura y receptividad, ha motivado a personas que respeto y amo y hoy están colaborando para hacer de este lugar un espacio común para  seguir dando y el recibir con agradecimiento. Los invito a unirse y participar solo tiene que escribirme cordobesm@yahoo.com  y enviarme lo que les gustaría publicar aquí y la fuente de la información.

Hace un tiempo recibí un regalo que hoy comparto en este espacio, mi hermana Maibelyn nos cuenta sobre uno de sus libros favoritos de autoayuda Tu Zonas Erróneas de Wayner Dyer,  este libro te lleva a un paseo por las zonas de sombras y luz de tu interior, con el fin de identificar  limitaciones y puntos de apoyo en nuestra vida. Ella nos regala un resumen didáctico de un capitulo interesante que trata sobre la necesidad de aprobación.
TÚ NO NECESITAS LA APROBACIÓN DE LOS DEMÁS

La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: "Lo que tú piensas de mi es más importante que la opinión que tengo de mí mism@".
Cuando la búsqueda de apoyo es una necesidad, las posibilidades de encontrar la verdad desaparecen casi por completo. Si tienes que ser alabado y emites esa clase de señales, entonces quiere decir que nadie puede tratar contigo con franqueza. Y tampoco puedes declarar con confianza lo que piensas y sientes en cualquier momento presente de tu vida. Sacrificas tu verdadera personalidad, tu yo por las opiniones y predilecciones de los demás.
Al igual que el rechazo de sí mismo, la búsqueda de aprobación incluye una gran variedad de comportamientos de auto capitulación.
Entre las actividades más comunes y usuales del comportamiento de búsqueda de aprobación se encuentran las que detallo en la siguiente lista:

·          Cambiar de postura o de manera de pensar porque alguien da muestras de desaprobación.
·          Suavizar un comentario o declaración para evitar reacciones de desagrado.
·          Adular a tu interlocutor para que te quiera.
·          Sentirte deprimido o angustiado cuando alguien no está de acuerdo contigo.
·          Tratar de impresionar a los demás con tus conocimientos de algo que ignoras "pretendiendo" saberlo.
·          Sentirte intimidado por un vendedor agresivo y comprar algo que no te gusta o no quieres... o... tener miedo de devolverle alguna mercancía porque le disgustará y no te querrá.
·          Hacer cosas para otra persona y sentir resentimiento porque no te atreviste a decirle que no.
·          Solicitando el halago de una manera indirecta esperando la aprobación de la gente y sintiéndote mal cuando no lo consigues.
·          ¿Mi amor como me queda?

Evidentemente la lista podría continuar ad infinitum. La búsqueda de aprobación es un fenómeno cultural fácilmente observable en todos los rincones del globo. Sólo es reprochable cuando se convierte en necesidad, lo que equivale, por supuesto, a entregarse y colocar la responsabilidad de cómo te sientes en manos de otros cuya aprobación buscas.

Personalmente el punto es estar consiente para identificar cuando buscamos aprobación para poder seguir adelante y cuando simplemente buscamos un feedback para continuar en una toma de decisión.



Fuente: Tus Zonas Erróneas. W. Dyer. Cortesía de Maibelyn Cordobés. Imagen: plano creativo y grupo enagister.com. Adaptaciones Milagros Cordobés  

Reflexión 17


“No podemos prolongar nuestra vida pero sí podemos no apresurar nuestra muerte”.

 “La verdadera muerte sería nunca transformarse.”
 “La muerte es sólo un concepto. Nada desaparece, todo cambia".
“La muerte no te ha eliminado
te ha transformado
El dolor disminuye
el amor crece.”
Por Alejandro Jodorowsky, Preguntas en torno a la muerte.
Fuente: Plano Creativo. Imagen banco de imágenes gratuitas. Diseño Milagros Cordobés .

jueves, 24 de noviembre de 2011

Ejercicio de la Alegría

“Una vez, vino a nuestro monasterio un hombre que sufría de parálisis en su mano derecha. El Maestro le preguntó qué era lo que solía hacer con ella. Guardó un instante de silencio y luego dijo:
– Durante muchos años usé mi mano derecha para matar ovejas y toros.
– Cuántos mataste? -le preguntó el maestro
– Miles…
No escuché el resto de la conversación porque, de repente, sonó la campana para la cena. Después, le pregunté al Maestro cómo la matanza de animales podía paralizar la mano de alguien, y me contestó:
– Cada vez que este hombre sentía el dolor y el sufrimiento de los animales, disminuía la vitalidad de su mano hasta que, con el tiempo, esa vitalidad desapareció por completo. La falta de alegría causa parálisis.”
En esta época tecnológica, tal vez, la gente se ría de lo que decimos y lo considere una superstición. Pero mi Maestro curó en seis meses la parálisis de ese hombre, haciéndole practicar diarias, de cuatro horas el ejercicio de la alegría.
Una vez, yo copié unos de sus ejercicios:
– Crea mentalmente la imagen de tu brazo derecho y con él saca del río a un hombre que se está ahogando… Escribe con tu mano una carta alegre… Da con ella dinero y joyas a los pobres… Sirve con ella comida a centenares de personas…
El hombre de quien hablo solía seguir diariamente… los ejercicios que mi Maestro le enseñaba. Al cabo de seis meses, empleó esa mano para dar agua a un ciervo de la montaña que estaba de visita en nuestro huerto…” Torkom Saraydarian, en “Alegría y Curación”

Otros ejercicios de la Alegría que propone el mismo autor:
– Recordar una alegría de la primera infancia. Observa qué le ocurre a la persona que está volviendo a sentir su alegría pasada.
– Recordar un acontecimiento cuando otra persona estaba realmente alegre
– Recordar cuando otra persona compartió tu alegría
– Recordar una alegría que causaste a los demás
– Recordar una alegría que te causaron sin habérselo propuesto
– Recordar un momento de alegría que la Naturaleza te dió.

Fuerte: Plano Creativo

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Thanksgiving


Acto de agradecimiento
Decir SI a todo lo que sucede en nuestra vida, es un acto de conciencia que toma su tiempo asumir. Cuando nuestras acciones buscan  integrar, el agradecimiento es espontáneo y  las bendiciones llegan a nuestra vida, a nuestro sistema, al planeta, sin límites sigue la expansión.
 Escrito por Milagros Cordobés. Imágenes: www.BancodeImagenesGratuitas.com

martes, 22 de noviembre de 2011

El manual de la buena vida: Noruega


Hace varias semana me recomendaron la lectura de un excelente artículo publicado en el diario el Pais Semanal del 30/10/11.  Por fin hoy me lo leí !!!. Se trata de una invitación critica, constructiva de Noruega: su forma de hacer política, el Estado, idiología, su gente, su economía, cultura, religión, en fin, nos presente  en detalle la formula de cómo Noruega ocupa la posición estratégica y cómo mantiene un nivel de desarrollo equilibrado. El manual de la buena vida: Noruega.
Mi agradecimiento a Aldro quien me recomendó la lectura de este interesante artículo.
Disfrutenlo y saque sus propias conclusiones!

lunes, 21 de noviembre de 2011

Día universal del niño: Una Voz por Haití

Mi estancia en República Dominicana, es inevitablemente el encuentro con la realidad de la infancia de los más desfavorecidos.  Les confieso que estoy cautivada con las caritas de esos niños y niñas que encuentro en las calles, los que me abordan con  miradas tiernas, sonrisas puras y gestos amorosos.   Ellos tambien me adentran a palpar la llaga, como viven miles de niños haitianos:  pobreza extrema, problemas de higiene y saneamiento, acceso a agua potable, desnutrición extrema, abandono, desplazados, enfermedades, discapacidades, donde solo pocos puedes acceder al precario sistema educativo existente.   

Un gran número de  gobiernos, organizaciones humanitarios, personas anónimas y públicas  han destinado grandes y diversos recursos para la construcción del país, pero la dinámica sistémica en que se encuentra historicamente Haití tiene su propio movimiento, en una velocidad y tiempo diferente.

E
En mi camino  he comprendido que una  infancia difícil, donde exista por lo menos una oportunidad, nos empodera de herramientas, crea  seres más fuertes y capaces de enfrentar grandes retos como adultos.  Conozco la situación de la infancia en Venezuela, mi país natal y parte de la realidad latinoamericana. Pero después del sismo que sacudió  Haití, el pasado 12 de enero de 2010, la situación que vive la infancia haitiana es otra cosa.

Hoy entiendo que ellos también son los niños de mi vida, en ellos recreo la niña y la madre que soy.

L@s invito a buscar un excelente documental  producido por Ganga Producciones para UNICEF y la AECID,  fue trasmitido ayer en el canal internacional de TVE http://www.rtve.es, Ana Dueto una voz por Haití,  en el Día Universal del NiñoVer video: visita a Haití

Escrito por Milagros Cordobés, imagenes gracias a UNICEF y 7medios.com

domingo, 20 de noviembre de 2011

Ya Ves - Pablo Vargas



Les cuento que Pablo Vargas, es un joven talento, que descubrí gracias al programa “España, un país para comérselo”. Gracias a mi hermana Lin y a todos lo que me ayudaron a encontrarle el rastro a este noble cantante.  
Yo me lo he gozado, disfrútenlo!
Milagros

Vicente Amigo - Poeta - El mar de tu sentir

viernes, 11 de noviembre de 2011

Reflexión 16

Menos es más


Mucha gente pequeña
en muchos lugares pequeños
harán cosas pequeñas
que transformaran al mundo.
Leo Buscaglia

Menos es más, si sumas.
Tubi Tubau

Fuente: http://tubitubau.blogspot.com Imagen: Madeja by Juan Genovés, acrílico y tela bordada (sobre tabla), 100 cm, 2010

lunes, 7 de noviembre de 2011

Issac Chocrón


En tiempos de despedidas, mi humilde agradecimiento al maestro Isaac Chocrón
Gracias por el legado, por hacer caminos para los que estamos aquí y para aquellos que están por llegar.
Gracias al maestro Issac Chocrón
Gracias al Grupo Bagazos, especialemnte al profesor Gerardo Blanco por enseñarme el oficio del teatro a través de la obra del maestro Chocrón
Tric – trac,  Tric Trac


viernes, 4 de noviembre de 2011

Reflexión 15

 Cinco lemas de las Abejas


Fuente: plano creativo

Acto de fe

Alejandro Jodorowsky nos dice que en el fondo amar es un acto de fe. Siempre el encuentro de una pareja es milagroso. No deberíamos haber ido a ese sitio, pero movidos por una fuerza que creemos absurda, vamos para encontramos con la persona que nos acompañará el resto de nuestra vida. O bien, el mágico encuentro se produce en un momento dado: si hubiéramos estado ahí cinco minutos antes o cinco minutos después, nada hubiera sucedido. Desde la primera mirada el amor se presenta con una certeza absoluta. Sin embargo, si dejamos entrar las dudas, los celos, el espíritu de posesión, el milagro se desvanece.
Pensando en ello  Jodorowsky ha escrito esta fábula sin nombre pero con profundo significado:
En una playa perdida en las calidas aguas del Caribe, un hombre vivía de la pesca, su nombre era Omar. En las noches, siempre solitario, Omar mirando la luna, se preguntaba: “¿Por qué no tengo una mujer como los otros? Quiero una compañera simple y a la vez brillante, la quiero humana y también diosa. Deseo que en la noche oscura ilumine mi camino”.
Para pasar el tiempo, plantó calabazas y crecieron enormes, las cargó en su burro y fue a venderlas al pueblo. A mediodía llegó un hombre moreno acompañado de una extraña mujer: a pesar de ser joven, sus cabellos eran plateados. Omar exclamó, admirado: “¡Raro es el cabello de tu mujer!” El moreno le respondió: “Más extraño su corazón, porque también es plateado”. Omar le preguntó: “¿Dónde nacen mujeres tan maravillosas?”. El otro le dijo: “En un pueblo de brujos, detrás de las montañas. El que se casa con una de ellas alcanza la paz, el amor, la sabiduría, la prosperidad”. Y no quiso decir más. Omar exclamó: “¡Encontraré una mujer así!”.  
Y abandonando su burro y sus calabazas fue a las montañas. Escaló, bajó, atravesó valles, bosques, varias aldeas. Buscó durante años. Le creció el cabello, la barba, se cubrió de harapos, adquirió expresión de loco. Los campesinos se rieron de él. “¡Ja, ja, busca una mujer con el corazón plateado!”. Nunca la encontró.   Decepcionado, Omar regresó a su playa para vivir desnudo comiendo sólo almejas. Un día vio bajar a una mujer por el cerro. ¡Tenía la cabellera plateada! Cuando llegó junto a él, le dijo: “Me envían los brujos porque lo has dejado todo por mí. Te pertenezco.” Omar gruñó: “No creo que tus cabellos sean reales, te los has pintado. ¡Y tu corazón ha de ser rojo! ¡Te desenmascararé!” Bruscamente le hundió un cuchillo entre los senos para abrir un surco y extraerle el corazón. ¡Era plateado! Gritó: “¡He recuperado la fe! ¡Lograré por fin la paz, el amor, la sabiduría y la prosperidad!” Pero ya era tarde, la mujer estaba muerta.
La creencia es movida por la fe. Solo llegamos hasta donde llega nuestra fe, creer es la oportunidad para crear y avanzar.
Fuente: Plano Creativo, adaptado por Milagros Cordobés. Imagenes: mujer Plano creativo. "Crimen abismo azul, remordimiento físico", Amadeo de Souza Cardoso (1915)

Las tres R

Cuando una situación nos desborda y entramos en conflicto, aplica las tres R:
Retirarse  pero antes despídete.
Renovarse  tomate tu tiempo, identifica  los aspectos que te gustas y  no te gustas  de ti que afloran en esa situación, perdónate y acéptate tal como eres.
Regresar solo cuando estes en tu centro, con intenciones claras y la posibilidad de hacerlo diferente. El pasado es ayer hoy  somos otras personas.
Feliz fin de semana
Mialgros
Fuente: taller Karina Pereira, redacción Milagros Cordobés.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Cuento: El círculo del 99

Entre los cuento para la vida, para crecer, personalmente es uno de mis preferidos, El círculo del 99 es una invitación sencilla pero profunda que nos convoca a tomar todo lo que tenemos para seguir reinventando nuestro camino personal, dando nuestro 100%. Feliz semana MC.

Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.
Un día el rey lo mandó a llamar.
Paje -le dijo- ¿cuál es el secreto?
¿Qué secreto, Majestad?
¿Cuál es el secreto de tu alegría?
No hay ningún secreto, Alteza.
No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
¿Por qué está siempre alegre y feliz? ¿eh? ¿por qué?
Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz?
Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar -dijo el rey-.. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando...
Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y ,alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
¿Por qué él es feliz?
Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo.
¿Fuera del círculo?
Así es.
¿Y eso es lo que lo hace feliz?
No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz
Así es.
¿Y cómo salió?
¡Nunca entró!
¿Qué círculo es ese?
El círculo del 99.
Verdaderamente, no te entiendo nada -dijo el Rey-.
La única manera para que entiendas, sería mostrártelo en los hechos.
¿Cómo?
Haciendo entrar a tu paje en el círculo.
Eso, ¡obliguémoslo a entrar!
No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.
Entonces habrá que engañarlo.
No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solo en el círculo.
¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
Si, se dará cuenta.
Entonces no entrará.
No lo podrá evitar.
¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?
Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?
Sí Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. 99!
¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
Hasta la noche.
Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste".
Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde detrás de unas matas lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta y entró a su hogar.
El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente ingresó presuroso a su hogar y con su brazo arrojó al piso todo lo que había sobre la mesa, dejando sólo la vela. Se sentó y vació el contenido de la bolsa... Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una de estas monedas, tenia hoy una montaña de ellas. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar a la luz de la vela, las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis.... y mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50, 60....hasta que formó la última pila: ¡9 monedas!
Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa. «No puede ser», pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.
Me robaron -gritó- ¡me robaron!
Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro "sólo 99". -99 monedas es mucho dinero- pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo -pensaba- Cien es un número completo pero noventa y nueve, no.
El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?
Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico.
Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. «Doce años es mucho tiempo», pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. ¡Era demasiado tiempo!
Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender... vender... vender...
Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno? ¿Para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien. El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99...
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.
¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo.
Nada me pasa, nada me pasa.
Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Todos nosotros hemos sido educados en esta estúpida ideología: Siempre nos falta algo para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto, nos enseñaron, la felicidad deberá esperar a completar lo que falta... Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida.
Pero qué pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve, que todo es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que jalemos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual... ¿Cuántas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están? Jorge Bucay

Fuente: imagen Plano Creativo

miércoles, 19 de octubre de 2011

lunes, 17 de octubre de 2011

Buscar en ti


Numerosos maestros, terapeutas, gurús del desarrollo personal, aseveran que para tener una conexión autentica y duradera con los demás  disfrutardo de un estado “bien estar”, es indispensable desarrollar hábitos, lo que llaman encuentros íntimos con nosotros mismos, esto nos prepara para entrar en una conexión  universal  que nutre, sin control,  sin juicio,  sin límites, estar en el fluir. “Estar en mi es estar en el amor”.

Desde mi sencilla experiencia, los hábitos “para estar en mí” que práctico y doy fe de sus beneficios, hoy los comparto con ustedes:

1.    Trabaja con el espejo
En el espejo que más te guste, mírate a los ojos a menudo:
·         Exprésate el creciente amor que sientes por ti.
·         Perdónate, reconoce y acepta que tienes aspectos maravillosos y también tienes tu lado gris.
2.   Medita
Al despertar reserva solo 20 minutos  para realizar un ejercicio de respiración que incluya meditación. En la red puedes encontrar y bajar  la que más te guste.
3.   Afirmaciones
Durante el día ten presente una palabra o frase que te motive e inspire. Recomiendo iniciar un ciclo de 21 días con: “Yo  me apruebo y me acepto tal como soy”.
4.   Practica la aceptación
La crítica nunca cambia nada. Acéptate exactamente tal y como eres.
Todo el mundo cambia. Cuando te apruebas, tus cambios son positivos. Todos somos luz y sombra.
5.   Las respuestas está en  ti
En la cama antes de dormir, dedica un par de minutos a reflexionas sobre las dudas o indecisiones que estés enfrentando, formula y articula  las preguntas sobre tus inquietudes, luego solo debes estar atent@ y la respuesta vendrá.

¡Hazlo ya!
No esperes a sentirte bien, ni a perder peso, ni a tener el nuevo empleo o la nueva relación.
Empieza ahora a hacer cosas y hazlas lo mejor que puedas.
Da tu 100%

***
Fuente: plano creativo y Louise L. Hay, en “Amar sin condiciones”  adaptado por Milagros Cordobés.